Seamos realistas, es posible que aún estemos tratando de perder esos kilos de más, pero dondequiera que vayas, hay tentaciones por todas partes, especialmente si el empaquetado las hace verse tan bonitas e irresistibles que las compras por impulso.
Así es, es posible que ni desees ni te apetezca particularmente comer chocolate, definitivamente no lo necesitas para nutrir tu cuerpo, pero aún así compras esa cajita linda o esperas recibir una que sea diabólicamente tentadora.
Entonces, ¿qué es lo que pasa? Dejando a un lado el beneficio o déficit nutricional, debe haber algún factor de bienestar que te aporta el consumo de chocolate. De lo contrario, ¿para qué comprarlo?
El marketing utiliza tus emociones
Incluso si no estás al tanto de las emociones que te impulsan a comprar chocolate, la industria alimentaria se ha encargado de descubrirlo por ti. Sí, su negocio depende de lo bien que lo hagan. Observa cómo comercializan y venden sus productos como "excelencia", "inolvidable", “placer”, etc., porque saben que quieres sentir un placer excelente e inolvidable.
Pero ésta es la realidad: una vez que termines esa cajita de azúcar, lo más probable es que te sientas como el villano avergonzado que fue derrotado al final de la película. Pero espera, ahora sí que sientes que realmente quieres y necesitas sentirte apreciada con “ternura” en tu interior, así que tal vez una de esas cajitas mágicas haga el truco, ¿no es así?
Tus sentimientos van contigo
Bueno, ese truco puede haber funcionado cuando tenías seis años y tu madre te dio chocolate para consolarte cuando llorabas o estabas molesta.
Pero ahora eres una mujer adulta y sabes que incluso si te mudas a Timbuktú o Antártica, ninguna cantidad de dulce ni chocolate en el mundo podría darte un inolvidable y tierno placer de excelencia ni hacerte sentir mejor.
También sabes que dondequiera que vayas, tus sentimientos (incluidos los que has estado cargando desde la infancia) van contigo.
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y descubre qué promueve tu hambre emocional.
Tienes mejores estrategias
Como adulta, cuentas con nuevas y mejores estrategias para sobrellevar el dolor, la tristeza, la pérdida, el malestar y cualquier cosa que la vida te dé, que no tenías cuando eras niña.
Y, todas las experiencias que has vivido, te han hecho más fuerte para sobrellevar lo que sea necesario.
La mujer que eres ahora puede llamar o reunirse con las amigas, ir a darse un masaje relajante o atender una tranquilizadora clase de meditación, retomar un pasatiempo divertido o unirse a un interesante grupo local, probar un nuevo perfume sensual o comprar una camiseta alocada, y la lista de posibilidades es infinita.
Las estrategias del pasado no te sirven
De niña, tal vez te emocionaba la expectativa de ir a McDonald's con tu familia, y podría haber sido una verdadera alegría y lo más destacado de la semana o del mes. Tu mente se ha acostumbrado y aprendió que la comida te hace feliz.
Así que si un día te sientes de bajón, no sabes porqué, pero simplemente tienes que comerte esa hamburguesa y ninguna otra cosa te vale. Es porque la mente siempre te llevará a lo que te es familiar y resistirá lo no familiar.
Pero permíteme preguntarte algo: ¿Estarías tan emocionada si su pareja te sorprendiera por San Valentín y ese día te lleva a comer el menú Deluxe Big Extreme con guarnición al completo, cola ilimitada y postre sin límite?
Bien, entonces lo entiendes: las estrategias de tu infancia ya no te sirven para ser feliz.
Convierte las estrategias actualizadas en familiares
Entonces, ¿qué vas a recibir este año por San Valentín? ¿Vas a pedir lo que de verdad quieres y te hace feliz, o te vas a conformar con la vieja caja de bombones?
Tal vez desees un gesto de cariño, un pequeño o gran regalo de agradecimiento, tiempo para estar juntos a solas o una cita especial por la noche, una pizca extra de sazón en la cama o un "Te amo" profundamente sincero.
La verdad es que los bombones nunca te darán ninguna de estas cosas ni la felicidad duradera que una verdadera muestra de amor puede darte.
Tú sabes lo que quieres o necesitas para sentirte amada y apreciada, y puedes entrenar tu mente para aprender estas nuevas estrategias y deshacerte de las viejas y obsoletas.
Puedes obtener todo el amor y aprecio que quieres, y alcanzar tu peso ideal también. Te lo mereces.
Para más consejos sobre cómo cambiar tus hábitos,
haz mi Type of Eater Quiz (en inglés).
Y recuerda, habla con tu pareja y dile qué es lo que quieres o necesitas porque, aunque creas que debería saberlo, la verdad es que los adivinos escasean.
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